Fruta y verdura
Come 5 raciones de fruta y verdura al día, siempre bien lavadas y sin piel, especialmente si las tienes que consumir crudas.
Hidratos de carbono
No te olvides de comer pan, pasta (mejor integral), legumbres y frutos secos.
Proteínas
La carne, pollo, huevos, leche y pescado aportan proteínas a la dieta, muy importantes para el desarrollo del feto. Consume cantidades moderadas: 3-4 raciones de lácteos y 2-2’5 raciones al día a escoger entre el resto. Procura que estén muy cocidas (en el caso de los lácteos, que sean pasteurizados) para evitar infecciones alimentarias como la toxoplasmosis o la salmonelosis.
Pescado y carne
Se recomiendan de 2 a 4 raciones de pescado a la semana. No consumas, por su alto contenido de mercurio y/o cadmio: pez espada, tiburón, atún rojo, merluza de río y marisco. Evita también la carne de caza y sus derivados (liebre, perdiz, ciervo, jabalí...), puesto que pueden tener altos niveles de plomo.
Grasas
La grasa más recomendable es el aceite de oliva, tanto crudo como a la hora de cocinar. Evita el exceso de grasa en las comidas y los fritos e intenta cocinar con técnicas saludables.
Agua
Es la bebida más recomendable. Bebe entre 4 y 8 vasos de agua al día y no esperes a tener sed para beber. No son recomendables las bebidas azucaradas ni las que contienen gas o excitantes, como la cola, el café o el té. Es muy importante que evites el alcohol, puesto que puede afectar al correcto desarrollo del feto.
